Como resultado de la influencia y de la interacción
constante de estas tecnologías en la vida cotidiana, muchas personas pensamos y
procesamos la información de manera absolutamente diferente a como lo hacíamos
antes; incluso no somos conscientes de esos cambios.
Utilizamos el correo electrónico para las comunicaciones interpersonales asincrónicas, navegamos en sitios web, leemos, opinamos y escribimos en blogs, weblogs y microblogs, obtenemos y aportamos información de la Wikipedia, usamos motores de búsqueda para localizar datos, nos comunicamos con diferentes herramientas de chat, MSN y mensajes de texto por celular y otros dispositivos móviles, vemos y subimos videos en YouTube y Vimeo, cursamos estudios y hacemos capacitaciones en campus educativos virtuales y plataformas de e-learning, participamos activamente de redes sociales como Facebook, Sonico y MySpace, seguimos nuestros estados y actividades de manera instantánea a través de Twitter, bajamos música en MP3 y videos y películas en diferentes formatos, descargamos libros en PDF, sacamos fotos con nuestros celulares y cámaras digitales y luego las compartimos en Flickr y así podríamos seguir con numerosos ejemplos.
La rápida proliferación de las herramientas que nos proveen las TIC permite crear nuevos espacios de comunicación, trabajar colaborativamente y conformar redes en las que es posible producir y compartir el saber, se trata de una nueva forma de construir el conocimiento.
Nuevas formas de construir el conocimiento
Mientras pedagogos, docentes, padres y especialistas
nos dedicamos a debatir acerca del mejor modo de acercar la tecnología a la
vida escolar y cotidiana de los chicos, ellos se encuentran sumergidos en este
escenario del cual ya forman parte desde su nacimiento: la profunda
transformación tecnológica ocurrida durante las últimas décadas del siglo XX y
la primera del siglo XXI.
La inmediatez, la rápida difusión global y la interactividad en tiempo real que brindan las TIC están cambiando nuestra cultura a una gran velocidad y, en consecuencia, introducen nuevos interrogantes y desafíos en el sistema educativo.
La educación y las TIC: el desafío del siglo XXI
Los estudiantes de hoy -nativos digitales- están
acostumbrados a recibir información muy rápido. Les gusta realizar en paralelo
múltiples tareas, prefieren ver imágenes antes que libros de texto, optan por
el acceso al azar a la información -como en los hipertextos-, trabajan mejor
cuando están interconectados y disfrutan de los trabajos planteados como
juegos. Frente a este panorama dominado por una dinámica de continuos cambios,
los docentes –inmigrantes y colonos digitales- deben mantenerse constantemente
actualizados y poner en juego toda la creatividad, destreza y capacidad
inventiva para diseñar estrategias exitosas de incorporación de TIC en las
actividades del aula.
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